Identidad de Género

A la hora de buscar trabajo.

Soy una clienta incondicional de Starbucks, una cadena de cafeterías americana que tienen por símbolo una sirenita enmarcada en un círculo verde, desde que visité por primera vez una a finales de octubre de 2002 en Hammersmith, un barrio populoso de Londres, donde estaba viviendo en un albergue.  Me encantaba la decoración casera, las mesas ajedrezadas, los confortables sillones y los lattes, cappuccinos y expressos… era un poco caro -lo sigue siendo- pero me sentía a gusto sentada allí por las mañanas, leyendo una novela clásica en inglés mientras pasaban música navideña y villancicos en inglés.  

Me recorrí todo Londres de Starbucks en Starbucks, desde Hammersmit a Liverpool Street pasando por Covent Garden y Leicester Square. Me sentía a gusto, cómoda y relajada, y además -muy importante- no se podía fumar.  Entonces, en el otoño de 2002, dejé mis curriculums y rellené las solicitudes en una veintena sin éxito… a finales de enero de 2003 regresé de Londres y en febrero viajé a Washington DC -donde trabajaba mi hermano mayor- y allí también lo dejé en un par de ellos, en Dupont Circle y en uno de la avenida 17, también sin éxito…
Regresé a España ya concienciada de ser una mujer transexual y empecé mi transición en marzo de 2003. Incluso escribí un relato corto en la que la protagonista era una chica de treinta años que trabajaba en un Starbucks de la calle Prícipe en Madrid. Yo entonces vivía en León y desconocía que ya se habían abierto los primeros Starbucks en la capital, en la calle Princesa y en Neptuno.

Entré por priemera vez en el de Princesa en octubre de 2003, de camino a Málaga, y después también pasé por el de Neptuno… pasó el tiempo y por fin volvía a Madrid en enero de 2005, llena de ilusión para iniciar mi vida real como mujer y empezar mi tratamiento hormonal.

Ocho meses y una semana después todo ha ido bastante bien, estoy contenta y ya tengo fecha para mi CRS en Phuket y he encarrilado mi vida trabajando como periodista en la revista ZERO, en contacto con otras chicas y otros chicos trans de Madrid, Barcelona y otros lugares.

Hasta ahora la parte más romántica, pero ahora llega la cruel realidad, que pasa por la búsqueda infructuosa de empleo, que para nosotr@s las personas transexuales es casi una quimera…

A finales de enero y principios de febrero de este año dejé curriculums en varios Starbucks de Madrid. Entonces esperé respuesta en vano. Así que después de seis meses, en agosto, repetía la operación en Madrid y Barcelona con un curriculum más actualizado y una foto en la que estaba mucho más mona.
 

El viernes 2 de septiembre me llamaron de Barcelona para una técnica de grupos el lunes 5. La llamada me sorprendió porque sólo había pasado una semana desde que lo dejé, pero le dije a la amable chica que en esos momentos no podía irme a vivir a Barcelona, pero que en un futuro cercano sí quería. Ella me dijo que les llamase y todo fue bien. Unos días después me llamaron de la central de Madrid para hacer la misma técnica de grupos el lunes 12. La llamada me llenó de ilusión porque pensaba que en Starbucks Madriz había una mano negra que tiraba mis cibis a la papelera.
Así que el lunes 12 a las 11.30 me presenté en la central en la calle Oqeundo y me dispuse a hacer la técnica de grupos, unas pruebas colectivas que tienes que superar para pasar a la entrevista con el gerente de tienda, y si las pasas ya entras a trabajar en la tienda por un período de prácticas de dos meses con contrato.
 Estábamos dos chicas y tres chicos, dos muy guapetes por cierto, sobre todo uno de Puerto Rico muy jovencito. La otra chica era argentina, de Córdoba, muy simpática. La encargada de Starbucks, también argentina, nos puso el video de al empresa y nos hizo unas preguntas.  

Después nos presentamos entre nosotr@s e hicimos un juego de grupo. Y terminó todo… Yo estaba muy contenta y segura de haber pasado la prueba. Según la encargada, si pasabas, te llamarían en un plazo de una semana.
Yo estaba segura de que me iban a llamar… Pasó el lunes, llegó el martes y por fin el miércoles recibí una llamada que se cortó a los 10 segundos. Yo estaba tomando una manzanilla en la cocina y el móvil estaba en la salita y no me dió tiempo a cogerlo, pero se me quedó grabado el número y estuve llamando toda la tarde sin éxito, siempre estaba ocupado, era un número de oficinas y casi coincidía con el de Starbucks, pero las últimas cifras no eran las mismas…
   Un poco mosqueada, decidí presentarme esa mañana en las oficinas centrales de Starbucks y allí me encontré a las dos encargadas del lunes -prefiero no decir nombres- con un chico, fumando un cigarro en le patio. La chica argentina se quedo un poco sorprendida al verme, me llevó a un aparte y me dijo que había superado las pruebas del lunes, pero que no me iban a llamar ¡¡ PORQUE NO LE HABÍA GUSTADO A UN JEFE DE OPERACIONES QUE ME HABÍA VISTO POR LA VENTANA EL DÍA DE LA TECNICA DE GRUPOS por mi aspecto exterior …  Solamente por el hecho de ser una chica transexual. Me quedé de piedra, le di las gracias a la encargada por su sinceridad y me marché de allí pensando en lo injusto que es este mundo, en que los prejuicios machistas de un directivo te impiden acceder a un trabajo.  Espero de corazón que no os pase a vosotras lo mismo.